TIEMPO DE ADVIENTO















Primer Domingo de Adviento
Evangelio según San Marcos 13, 33-37
Autor: SS. Benedicto XVI

Queridos hermanos y hermanas:

Este domingo comienza el Adviento, un tiempo de gran profundidad religiosa, porque está impregnado de esperanza y de expectativas espirituales: cada vez que la comunidad cristiana se prepara para recordar el nacimiento del Redentor siente una sensación de alegría, que en cierta medida se comunica a toda la sociedad. En el Adviento el pueblo cristiano revive un doble movimiento del espíritu: por una parte, eleva su mirada hacia la meta final de su peregrinación en la historia, que es la vuelta gloriosa del Señor Jesús; por otra, recordando con emoción su nacimiento en Belén, se arrodilla ante el pesebre. La esperanza de los cristianos se orienta al futuro, pero está siempre bien arraigada en un acontecimiento del pasado. En la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios nació de la Virgen María: "Nacido de mujer, nacido bajo la ley", como escribe el apóstol san Pablo (Ga 4, 4).

El Evangelio nos invita hoy a estar vigilantes, en espera de la última venida de Cristo: "Velad -dice Jesús-: pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa" (Mc 13, 35. 37). La breve parábola del señor que se fue de viaje y de los criados a los que dejó en su lugar muestra cuán importante es estar preparados para acoger al Señor, cuando venga repentinamente. La comunidad cristiana espera con ansia su "manifestación", y el apóstol san Pablo, escribiendo a los Corintios, los exhorta a confiar en la fidelidad de Dios y a vivir de modo que se encuentren "irreprensibles" (cf. 1 Co 1, 7-9) el día del Señor. Por eso, al inicio del Adviento, muy oportunamente la liturgia pone en nuestros labios la invocación del salmo: "Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación" (Sal 84, 8).

Podríamos decir que el Adviento es el tiempo en el que los cristianos deben despertar en su corazón la esperanza de renovar el mundo, con la ayuda de Dios. A este propósito, quisiera recordar también hoy la constitución Gaudium et spes del concilio Vaticano II sobre la Iglesia en el mundo actual: es un texto profundamente impregnado de esperanza cristiana. Me refiero, en particular, al número 39, titulado "Tierra nueva y cielo nuevo". En él se lee: "La revelación nos enseña que Dios ha preparado una nueva morada y una nueva tierra en la que habita la justicia (cf. 2 Co 5, 2; 2 P 3, 13). (...) No obstante, la espera de una tierra nueva no debe debilitar, sino más bien avivar la preocupación de cultivar esta tierra". En efecto, recogeremos los frutos de nuestro trabajo cuando Cristo entregue al Padre su reino eterno y universal. María santísima, Virgen del Adviento, nos obtenga vivir este tiempo de gracia siendo vigilantes y laboriosos, en espera del Señor.




Benedicto XVI: El sentido de Adviento"

Benedicto XVI: Homilia Primeras Vísperas Domingo 1º Adviento







Primer Domingo Adviento, Beato Juan Pablo II

Segundo Domingo Adviento, Beato Juan Pablo II

Tercer Domingo Adviento, Beato Juan Pablo II

Cuarto Domingo Adviento, Beato Juan Pablo II




Adviento


Corona de Adviento









De la mano de Santa Faustina...
.....preparémonos para recibir a nuestro Salvador
Texto extraído del Diario de Santa Faustina "La Divina Misericordia en mi alma"




Se acerca la gran fiesta de Navidad, la fiesta del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en Belén y en nuestros corazones.
Hoy en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre. (Lc.2, 11-12)

…Con un vivo deseo espero la Navidad, vivo la espera con la Santísima Virgen”. (Diario 829)

¡Oh Luz eterna que vienes a esta tierra, ilumina mi mente y refuerza mi volunta para que no me detenga en los momentos de las pruebas difíciles! Que Tu Luz disipe toda sombra de duda, que Tu omnipotencia obre a través de mí. En Ti confío, oh Luz increada, Tú, oh Niño Jesús, eres mi ejemplo en el cumplimiento de la voluntad de Tu Padre, Tú que dijiste: Vengo a cumplir Tu voluntad, haz que yo también yo cumpla fielmente en todo la voluntad de Dios. Oh Divino Niño, otórgame esta gracia. (Diario 830)








“Adviento” es el comienzo del año litúrgico. Es el tiempo de cuatro semanas que antecede a la Navidad. Empieza el domingo próximo al 30 de noviembre (la fiesta de San Andrés Apóstol)y termina el 24 de diciembre.
Adviento viene de adventus, venida, llegada, Forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.
El color litúrgico de este tiempo es el morado.

Se puede hablar de dos partes del Adviento:
a) desde el primer domingo al día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;
b) desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad.

Personajes de este tiempo

Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

Durante este tiempo los creyentes son exhortados:
• a prepararse dignamente a celebrar el aniversario de la venida del Señor al mundo como la encarnación del Dios de amor,
• de manera que sus almas sean moradas adecuadas al Redentor que viene a través de la Sagrada Comunión y de la gracia, y
• en consecuencia estén preparadas para su venida final como juez, en la muerte y en el fin del mundo.


El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.


Tiempo de ESPERA. Tiempo de preparación, conversión y renovación espiritual, para rememorar y celebrar la primera venida del niño Jesús al mundo y estar vigilantes porque no sabemos cuándo será su segunda venida gloriosa.

La liturgia nos invita a estar en vela, manteniendo una actitud de reconciliación con Dios y nuestros hermanos, nos propone esperar y recibir a Cristo como Él quiere, con nuestras almas en gracia y los corazones en paz.
Él viene y debemos acercar las almas de quienes nos rodean, para recibirlo en verdad.
“Mira que el Señor viene a salvar a los pueblos”… el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz”… (Isaías)


Los misterios de la infancia y de la vida oculta de Jesús
Los preparativos

522 La venida del Hijo de Dios a la tierra es un acontecimiento tan inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos. Ritos y sacrificios, figuras y símbolos de la "Primera Alianza"(Hb 9,15), todo lo hace converger hacia Cristo; anuncia esta venida por boca de los profetas que se suceden en Israel. Además, despierta en el corazón de los paganos una espera, aún confusa, de esta venida.

523 San Juan Bautista es el precursor (cf. Hch 13, 24) inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino (cf. Mt 3, 3). "Profeta del Altísimo" (Lc 1, 76), sobrepasa a todos los profetas (cf. Lc 7, 26), de los que es el último (cf.Mt 11, 13), e inaugura el Evangelio (cf. Hch 1, 22;Lc 16,16); desde el seno de su madre ( cf. Lc 1,41) saluda la venida de Cristo y encuentra su alegría en ser "el amigo del esposo" (Jn 3, 29) a quien señala como "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29). Precediendo a Jesús "con el espíritu y el poder de Elías" (Lc 1, 17), da testimonio de él mediante su predicación, su bautismo de conversión y finalmente con su martirio (cf. Mc 6, 17-29).

524 Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida (cf. Ap 22, 17). Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: "Es preciso que El crezca y que yo disminuya" (Jn 3, 30).





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